- No le tires de la cola. Con ella se comunican, guardan el equilibrio y es súper delicada.
- No le rasques la barriga, las patas o la cola, mejor ve directo a la zona delante y detrás de las orejas y debajo del mentón. Le encantará.
- No lo levantes por la piel del cuello sobre todo si es adulto. No les suele gustar nada.
- No lo cojas en brazos sin haberte asegurado antes de que le gusta que lo levanten. Muchos gatos prefieren tener las cuatro patas en el suelo.
- No lo intentes tranquilizar si de repente aplana las orejas, empieza a bufar o gruñir, mientras da latigazos con la cola. Será mejor que le dejes tranquilo. Yo no me atrevería con un gato alterado.